Los diferenciales
Los diferenciales son los elementos que permiten que en una curva cada rueda pueda girar a la velocidad
necesaria (en una curva la rueda del interior gira menos veces que la del exterior de la curva). Se puede regular
la dureza de los diferenciales mediante la variación de la viscosidad del aceite con el que se rellenan. A mayor
viscosidad, más similar será el diferencial a un eje rígido, con las ventajas e inconvenientes que ello conlleva.
Básicamente, a mayor viscosidad, mayor capacidad de tracción para ese diferencial.
Normalmente, a mayor viscosidad de diferenciales, más difícil de conducir se vuelve un coche, ya que
aumenta su capacidad de tracción, convirtiéndose en un coche más nervioso y rápido que si tuviéramos una
viscosidad menor. Esto, según se vea, puede ser bueno o malo. Hay que ser capaces de encontrar la viscosidad
necesaria para nuestras manos. Muy poca hará al coche fácil de conducir, pero lento. Demasiada, nos dará a un
coche indomable. Vamos a intentar que quede lo más claro posible como configurar los diferenciales.
Ø El diferencial central es el que manda la fuerza a los otros dos y básicamente, el que define lo rápido que
será nuestro coche y la fuerza de la frenada.
v A mayor viscosidad, más agresiva será la salida y fuerte la frenada.
Ø El diferencial delantero es el que define la entrada en curva del vehículo.
v A mayor viscosidad, menor dirección (curvas amplias)
v A menor viscosidad, mayor dirección
Ø El diferencial trasero hace a un coche más o menos noble en curvas.
v A mayor viscosidad, más dirección por derrape trasero (más nervioso)
v A menor viscosidad, menor dirección y menor respuesta si falta giro,
pero más precisión y nobleza.